El descontento social en Argentina se ha intensificado frente al gobierno del presidente Javier Milei, a medida que las voces de quienes se arrepienten de haberlo apoyado se vuelven cada vez más resonantes. Un reciente reportaje de la Cadena SER ha puesto de manifiesto cómo la corrupción y las políticas de austeridad han desilusionado a un sector significativo de la población. Votantes como Omar, Pedro y Marcos han expresado su frustración en el programa Hora 25, manifestando que no sólo se sienten traicionados, sino también impotentes ante los recortes drásticos que han afectado servicios públicos esenciales.
Entre los testimonios destacados, el de Marisa Novoa, una terapista ocupacional que antes confiaba en Milei, es particularmente revelador. Novoa, madre de dos hijos con discapacidades, ha visto cómo las promesas del gobierno se han desvanecido, dejándola en una situación precaria. En sus declaraciones, retrata un panorama alarmante: su hija, Solana, que sufrió un ACV, no recibe la atención médica necesaria a pesar de contar con un fallo judicial a su favor. «No tengo nada… Ella necesita kinesiólogo respiratorio, kinesiólogo motor, fonoaudióloga… enfermera las 24 horas… Y no me dan nada, nada», se queja Novoa, evidenciando la grave crisis en el sistema de salud.
Su historia toca una fibra sensible en muchas familias argentinas que se encuentran en una situación similar, luchando por obtener atención médica adecuada en medio de recortes presupuestarios. La decepción de Marisa es evidente, especialmente por la identidad de Milei que antes la había convencido: un hombre que supuestamente había sufrido lo suficiente para demostrar empatía. Sin embargo, esa percepción ha cambiado radicalmente. «Hoy lo veo como a un tipo que solo debe tener empatía con sus perros. Nos dio con todo, por todos lados», subraya, reflejando el sentido de traición que predomina entre aquellos que una vez vieron en él una esperanza.
La indignación de Novoa trasciende su experiencia personal, abarcando preocupaciones más amplias por el bienestar de sectores vulnerables. Al ser interrogada sobre la negativa del gobierno a implementar la Ley de Emergencia en Discapacidad, expresa: «Esto me genera ira, ya ni siquiera angustia. Porque no es solo discapacidad, son el Garrahan, las universidades, los puestos de trabajo, somos todos». Estas palabras encapsulan el descontento generalizado que atraviesa diversas áreas sociales afectadas por las políticas de Milei, sugiriendo que el sufrimiento de unos se traduce en el sufrimiento de todos.
El informe de la Cadena SER concluye que el arrepentimiento de muchos votantes se puede resumir en tres principales factores: los recortes drásticos en servicios sociales, los escándalos de corrupción que salpican al gobierno y la disminución en la imagen pública de Milei, que se vuelve cada vez más insostenible. Este fenómeno de desencanto no parece ser un caso aislado, sino que refleja una preocupante tendencia entre una porción activa de la opinión pública que podría tener un impacto significativo en las intenciones de voto en futuros comicios, evidenciando una herida política que podría definir el rumbo electoral del país.








