La Cancillería de Venezuela ha emitido una «alerta máxima de viaje» destinada a todos sus ciudadanos que actualmente residen en Estados Unidos o tienen planes de viajar hacia ese país. En un comunicado difundido en su canal de Telegram, el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores expresó preocupaciones sobre la seguridad de los venezolanos en territorio estadounidense, calificándolo como un país donde los derechos humanos no son garantizados, especialmente para los migrantes. La advertencia subraya el potencial peligro que representa Estados Unidos para los migrantes venezolanos, resaltando la precariedad de su situación.
En la grabación que acompaña la alerta, una portavoz del Ministerio de Exteriores instó a quienes están considerando visitar Estados Unidos a «cancelar de inmediato» sus planes, mientras que los que ya habitan en el país deben «considerar» la posibilidad de regresar a Venezuela. Esta declaración se enmarca en un contexto de relaciones tensas entre ambos países, en el que Caracas ha presentado un discurso crítico hacia Washington, acusándolo de crear un ambiente hostil para los venezolanos en el exterior.
Las razones específicas que expone el Gobierno Bolivariano para emitir esta alerta incluyen menciones de «detenciones arbitrarias, racismo asesino y la hipocresía institucional». En el mismo comunicado, se señala que ser latino, afrodescendiente o migrante venezolano en Estados Unidos implica un «riesgo de muerte», una aseveración que pone de manifiesto la grave preocupación de Venezuela por el bienestar de sus ciudadanos en el contexto actual de tensiones en la política migratoria y racial en Estados Unidos.
Cabe mencionar que esta alerta se produce en un momento en el que el Departamento de Estado de EE.UU. también ha renovado advertencias de viaje hacia Venezuela, manteniendo el nivel más alto de riesgo (nivel 4) por múltiples factores como la «detención injusta, tortura durante la detención, terrorismo, secuestro» y otros graves delitos. Esta reciprocidad en las alertas de viaje resalta la compleja situación en la que ambas naciones se encuentran, marcadas por una falta de confianza y un desgaste en las relaciones diplomáticas.
Así, el futuro de la migración entre Venezuela y Estados Unidos parece incierto, con ambos gobiernos implementando medidas que podrían incrementar la vulnerabilidad de los migrantes. Esta atmósfera de desconfianza y riesgo pone en evidencia la dificultad que enfrenta la diáspora venezolana, que busca mejorar sus condiciones de vida en un contexto de crisis nacional, mientras lidia con las advertencias de sus autoridades sobre el peligro en el que se encuentran en el extranjero.








