El Eurobarómetro ha revelado un dato significativo sobre la percepción de los ciudadanos europeos hacia la Unión Europea (UE): el apoyo ha alcanzado su nivel más alto en 18 años, con un 52% de los entrevistados manifestando confianza en el proyecto comunitario. Esta tendencia se refleja especialmente entre los jóvenes de 15 a 24 años, donde el respaldo asciende al 59%. Este aumento en la confianza no solo muestra un cambio positivo en la opinión pública, sino que también contrasta con la percepción menos favorable hacia los gobiernos y parlamentos nacionales, que obtienen calificaciones significativamente inferiores, sugiriendo una mayor identificación de los ciudadanos con la UE frente a sus administraciones locales.
El sentimiento de pertenencia a la comunidad europea está en auge, con tres de cada cuatro ciudadanos sintiéndose europeos, lo que representa el nivel más elevado en más de dos décadas. A pesar de un contexto internacional cada vez más complejo y desafiante, el optimismo también se manifiesta en que un 62% de los encuestados considera que el futuro del proyecto europeo es prometedor. Este hecho indica una clara conexión emocional y una voluntad de continuar adelante con el proceso de integración, reforzando la idea de que la UE puede ser vista como un pilar de estabilidad en un mundo incierto.
En cuanto a la moneda única, el respaldo al euro ha alcanzado un notable 74% en toda la UE y un 83% en la eurozona, cifra récord desde su creación. A pesar de la división de opiniones respecto a la situación económica, en la que un 44% la considera positiva y un 48% negativa, la mayoría tiene expectativas optimistas para el próximo año, con un 43% esperando estabilidad. Este apoyo al euro es un indicativo de la percepción de los ciudadanos sobre los beneficios económicos que ha traído la moneda única, a pesar de los retos inmediatos que enfrenta Europa en términos de inflación y crecimiento.
A medida que la realidad internacional se vuelve más compleja, la necesidad de una política común de defensa y seguridad ha cobrado protagonismo entre los ciudadanos europeos. Un 81% se manifiesta a favor de estas políticas, la cifra más alta desde 2004, y un 78% muestra preocupación por el futuro en este ámbito. Este cambio de prioridades es revelador, destacando que la protección y seguridad son ahora conceptos esenciales en la agenda europea, subrayando la percepción de que la UE debe ser no solo un espacio de intercambio económico, sino también un bastión de estabilidad y seguridad en un contexto global volátil.
La situación en Ucrania ha impulsado esta nueva conciencia de defensa, con un 80% de los europeos apoyando la acogida de refugiados y un 76% respaldando la ayuda humanitaria y financiera al país. Además, un 72% apoya las sanciones económicas contra Rusia, lo que refleja una sólida unidad en la respuesta europea ante la agresión. Las encuestas muestran que los ciudadanos consideran crucial que la UE actúe en defensa de sus valores y principios, priorizando no solo el apoyo a Ucrania sino también medidas como el estatus de candidato para el país y la financiación de equipos militares, reafirmando así la necesidad de una política de seguridad más robusta y cohesiva en Europa.








