La llegada de soldados estadounidenses a Panamá para realizar ejercicios militares ha generado un clima de tensión en el país centroamericano. La embajada de Estados Unidos en Panamá confirmó este jueves que el contingente militar arribaba en el marco de un acuerdo bilateral firmado en abril, que permite a Estados Unidos utilizar bases aéreas y navales panameñas para fines de entrenamiento militar. Esta disposición, vigente por un período de tres años y renovable, ha desencadenado protestas en las calles de varias ciudades panameñas, donde los ciudadanos han expresado su descontento en oposición a la presencia militar estadounidense.
Los manifestantes consideran que el acuerdo vulnera la soberanía panameña y recuerda la época en que Estados Unidos controlaba el Canal de Panamá a través de bases militares establecidas en el país. Este hecho es especialmente sensible para la población, ya que el 31 de diciembre de 1999 se concretó la transferencia del control del canal a Panamá. La embajada estadounidense, por otro lado, ha enfatizado que los ejercicios se enfocarán en la cooperación en la lucha contra el crimen y el narcotráfico transnacional, así como en garantizar la operatividad del Canal.
Según reportes de la prensa panameña, el grupo de soldados que ha llegado al país incluye infantes de marina de Camp Lejeune, Carolina del Norte. Aunque la embajada no ha especificado el número exacto de efectivos, ha anunciado que los militares trabajarán junto a las autoridades de seguridad panameñas en operaciones de adiestramiento en la selva. Esta cooperación es presentada por Estados Unidos como una medida para fortalecer la seguridad regional, pero para muchos panameños, representa un regreso a una era de control militar que prefieren mantener en el pasado.
El acuerdo de seguridad, que ha sido objeto de críticas por parte de sindicatos y organizaciones sociales, ha sido percibido por algunos como un intento del presidente Donald Trump de reafirmar la influencia de Estados Unidos en la región. Trump ha dejado claro que considera la posibilidad de recuperar el canal, acusando a Panamá de estar bajo la influencia de China. Esto ha generado inquietud entre los panameños, quienes temen que este nuevo acercamiento militar no solo amenace su soberanía, sino que también vuelva a abrir heridas históricas.
A pesar de la controversia, es innegable que las fuerzas estadounidenses han estado colaborando con Panamá y otros países latinoamericanos en ejercicios militares recientes. A través de estas actividades, buscan establecer lazos más estrechos para combatir el crimen organizado. Sin embargo, la resistencia social que se ha manifestado ante la llegada de las tropas subraya la profunda preocupación entre los panameños sobre su historia reciente y las implicaciones que este tipo de acuerdos puede tener en su futuro.








