El canal informativo Espacios Costeros ha lanzado un especial contundente sobre la Ley 20.249, mejor conocida como Ley Lafkenche, que marca un importante camino en la defensa de los derechos de los pueblos originarios sobre los espacios costeros marinos. Desde su promulgación en 2008, esta legislación ha sido celebrada internacionalmente, constituyendo un hito en la lucha mapuche-lafkenche por el reconocimiento de su relación ancestral con el mar, un recurso que representa tanto una fuente de vida como la esencia cultural de estas comunidades. La Ley Lafkenche se posicionó no solo como un derecho reivindicado, sino también como un ejemplo exitoso para otras naciones que buscan proteger los derechos indígenas y sus territorios ancestrales.
La recopilación histórica presentada por Espacios Costeros ilustra el camino recorrido por las comunidades mapuche en la obtención de espacios costeros. Entre 2010 y 2015, varias comunidades, incluyendo aquellas de Mehuín, Tirúa, y Chiloé, realizaron sus primeras solicitudes para establecer estos espacios que reconocen su derecho a la gestión y uso de los recursos marinos. Este proceso culminó en 2015 con la entrega del primer espacio costero formal a la comunidad de Punta Capitanes en la región de Los Lagos. A medida que avanzaban los años, la inclusión de otras comunidades étnicas, como la Kawesqar y la Diaguita, reflejó el creciente interés y necesidad de protección de su herencia cultural y recursos naturales.
A pesar de los logros, el camino de la Ley Lafkenche no ha estado exento de desafíos. La publicación hace un recuento de agresivas campañas de la industria salmonera entre 2024 y 2025, las cuales lograron frenar solicitudes de espacios costeros en diversas regiones, incluidas Magallanes y Los Ríos. Esta dinastía de presión industrial ha puesto en jaque la implementación efectiva de la ley y evidencia las tensiones entre desarrollo económico y la preservación de derechos indígenas. Al mismo tiempo, en el Congreso, proyectos de ley intentaron debilitar el marco normativo de los ECMPO, instaurando un clima de resistencia por parte de las comunidades afectadas y observadores internacionales.
En este contexto, es destacable el respaldo que ha recibido la Ley Lafkenche a nivel global, siendo reconocida por la ONU como un modelo alineado con el Convenio 169 de la OIT y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este reconocimiento no solo da cuenta del valor legislativo de la Ley, sino también de su contribución a la protección de la biodiversidad y la preservación de diversas tradiciones culturales que dependen del mar. La defensa de estos espacios costeros se convierte en una lucha no solo por derechos territoriales, sino también por la identidad cultural y el futuro sostenible de los pueblos originarios.
Finalmente, el especial concluye con una nota esperanzadora al recordar el hito de 2025, donde el Tribunal Constitucional rechazó intentos de modificar la Ley 20.249 usando estrategias legislativas inusuales. Esto reafirma la fortaleza del marco legal que protege los derechos costeros indígenas y subraya la relevancia de la Ley Lafkenche como símbolo de la lucha y el orgullo indígena. La ley sigue viva, impulsada por las comunidades que defienden no solo su acceso al mar, sino también su identidad, cultura y el futuro de su descendencia. La Ley Lafkenche es, ante todo, un legado de resistencia y esperanza para los pueblos originarios de Chile.








