A través de un comunicado público, la familia de Mauricio Hernández Norambuena ha denunciado las precarias condiciones de reclusión y el deterioro de su estado de salud tras su reciente traslado al Recinto Penitenciario Especial de Alta Seguridad. Desde el 21 de agosto, cuando el ex militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) fue dado de alta del Hospital Penal, su familia ha expresado su rechazo al cambio de penal, considerando que representa un trato discriminatorio e injustificado. Según el comunicado emitido el 30 de agosto, estas condiciones no solo son inadecuadas, sino que también reviven el trastorno de estrés postraumático que Hernández padece debido a más de dos décadas de aislamiento en prisión.
La familia de Hernández Norambuena sostiene que la falta de una justificación clara para este traslado es alarmante, generando así acciones políticas y judiciales para conseguir su regreso a la cárcel de Rancagua. En el comunicado, se menciona que el nuevo recinto, donde se encuentra recluido, posee una celda individual que anteriormente fue ocupada por un recluso con tuberculosis, además de contar con una ventana deteriorada que propicia un ambiente frío e inhóspito. La situación se agrava al notarse que Gendarmería no muestra la diligencia debida, ya que el personal no está correctamente informado sobre la medicación necesaria para el tratamiento de Hernández.
Mauricio Menares Hernández, sobrino del ex comandante y abogado de la familia, destacó que el traslado a este recinto especial no cumple con los requisitos establecidos, ya que Hernández no tiene un historial de mala conducta ni está vinculado a organizaciones delictivas. Menares enfatizó que las razones detrás de este movimiento parecen tener más que ver con un castigo hacia su tío, en lugar de un argumento basado en el comportamiento dentro del penal. La ex Cárcel de Alta Seguridad es conocida por su régimen más estricto, que limita las garantías y derechos de los reclusos, y según Menares, esto únicamente busca menoscabar a Hernández Norambuena.
El cambio de lugar de reclusión ocurre a pesar de una reciente decisión de la Corte Suprema que, en julio, a favor de Hernández Norambuena, revocó restricciones de visitas impuestas por Gendarmería. En su fallo, la Corte argumentó que dichas medidas carecían de justificación racional y afectaban la dignidad del reo, ordenando que se restablecieran sus condiciones de visita. Esto contrasta fuertemente con el actual traslado que la familia califica de arbitrario y penoso, indicando una falta de respeto a los derechos fundamentales de Hernández.
Los antecedentes del caso de Mauricio Hernández Norambuena llaman a la reflexión sobre el tratamiento de prisioneros y las condiciones carcelarias en Chile. La familia y sus abogados han instado a las autoridades a actuar en base a la justicia y la humanidad, recordando que el regreso a Rancagua es una solicitud legítima que busca cuidar la salud física y mental del ex comandante. Mientras tanto, el rechazo a las acciones de Gendarmería continúa alzándose como una voz de alerta sobre los derechos humanos en el sistema penitenciario del país.








