La controversia en torno a la empresa de insumos médicos Mejor Calidad y su relación con el exalcalde de Recoleta, Daniel Jadue, ha tomado un giro inesperado. Recientemente, la firma denunció a Jadue por supuestos actos de corrupción, donde alegan que el político solicitó coimas a cambio de licitaciones para adquirir alcohol gel y mascarillas. Sin embargo, la historia detrás de la empresa es mucho más compleja. Según informes recientes, Mejor Calidad ha enfrentado múltiples conflictos con la Municipalidad de Recoleta durante el mandato de Jadue, lo que plantea interrogantes sobre las verdaderas motivaciones detrás de esta denuncia.
Detrás de los nombres mencionados en la prensa, como César Ramírez, Óscar Doussang y Álvaro Castro, quienes poseen antecedentes delictuales, se encuentran los verdaderos propietarios de Mejor Calidad: Samy Yagoda y Liubica Basic. Estos empresarios, identificados como sionistas y con un amplio portafolio de negocios en Recoleta, han tenido un historial de incumplimiento de normas municipales que culminó en la clausura y demolición de varios de sus locales en 2018. Esta cronología sugiere que el conflicto con Jadue no es solo una disputa comercial, sino un posible intento de desestabilización basado en intereses más profundos.
La investigación de los vínculos de Mejor Calidad con el antiguo alcalde revela que la empresa podría haber utilizado la denuncia como un «caballo de Troya» para atacar a Jadue. Este tipo de tácticas son comunes en ambientes donde los conflictos de intereses y las retaliaciones políticas juegan un papel crucial. Se señala que el descontento de Yagoda y Basic con Jadue, quien se ha posicionado como un defensor pro Palestina, podría haber motivado esta estrategia de desprestigio. La dinámica se complica aún más con la identidad del abogado de la empresa querellante, Gabriel Zaliasnik, un conocido sionista que ha estado involucrado en varias querellas contra el exalcalde.
Zaliasnik, quien mantiene un tuit fijo en su cuenta desde hace cinco años que ataca a Jadue, es visto como un pilar en la estrategia legal detrás de la denuncia. Este nivel de personalización del conflicto plantea preguntas sobre el uso del sistema judicial como un arma en disputas políticas, especialmente en un contexto donde los conflictos de intereses se cruzan con ideologías. Los testimonios y documentos revisados sugieren que Mejor Calidad no solo busca justicia por una supuesta corrupción, sino que es parte de una campaña deliberada para socavar la reputación de Jadue en el ámbito político.
Como la historia se desenvuelve, los analistas políticos están observando atento el desenlace del caso ACHIFARP. La combinación de intereses económicos y políticos en esta disputa resalta la complejidad de la política local en Recoleta. Mientras tanto, Jadue, conocido por su postura confrontacional hacia ciertas élites, continúa enfrentando presiones inesperadas en su camino hacia la diputación, dejando a muchos preguntándose si la justicia prevalecerá o si el conflicto se verá empañado por el poder de las influencias que operan tras bambalinas.








