La Armada de Colombia ha realizado un importante anuncio en el control del narcotráfico en el país, al informar sobre la incautación del primer narcosubmarino teledirigido detectado en aguas del mar Caribe. Esta embarcación no tripulada tiene capacidad para transportar hasta 1.5 toneladas de cocaína y puede viajar de manera autónoma entre 500 y 800 millas náuticas. El hallazgo se produjo en abril, cerca del Parque Tayrona, y representa un claro indicativo del avance tecnológico que han alcanzado las redes de narcotráfico. A pesar de que el vehículo no transportaba droga en el momento de la incautación, las autoridades sospechan que estaba en fase de pruebas y preparación por parte del Clan del Golfo, el grupo narcotraficante más poderoso de Colombia.
Durante una rueda de prensa, el almirante Juan Ricardo Rozo, comandante de la Armada de Colombia, subrayó la importancia del descubrimiento, haciendo hincapié en los desafíos que presenta este tipo de embarcaciones para las autoridades. Con un diseño que incluye dos antenas, cámaras de vigilancia y un sofisticado módem satelital Starlink para control remoto, el narcosubmarino tiene un bajo perfil de detección por radar, lo que complica su identificación y captura en las aguas del Caribe. El comandante también mencionó que la investigación está en curso para determinar la procedencia de esta tecnología, con indicios que apuntan al Clan del Golfo en posible colaboración con la banda criminal Los Pachenca.
El avance tecnológico del narcotráfico en Colombia, el mayor productor de cocaína a nivel mundial, cambia las reglas del juego. El uso de narcosubmarinos, aunque no es nuevo, ha experimentado una evolución significativa con la llegada de embarcaciones teledirigidas que están siendo ensambladas en talleres clandestinos. Estas embarcaciones, construidas con materiales como fibra de vidrio y motores silenciosos, son mucho más difíciles de rastrear y se están produciendo a un costo mucho menor, que ha caído dramáticamente de un millón de dólares a entre 50,000 y 100,000 dólares. Esto ha facilitado que los cárteles puedan operar de manera más eficiente y segura, maximizando sus ganancias y reduciendo los riesgos operativos.
Los mercados internacionales atraen cada vez más a las organizaciones criminales, especialmente en lugares como Australia. Un kilogramo de cocaína puede alcanzar precios astronómicos, llegando hasta los 240,000 dólares, lo que representa un costo seis veces superior al de Estados Unidos. Este aumento en la rentabilidad está impulsando el uso de semisumergibles teledirigidos, estrategias que se evidencian con la incautación de un semisumergible cargado con cinco toneladas de cocaína en noviembre de 2024, cuyo destino era Australia. Esto sugiere que las rutas transoceánicas están evolucionando gracias a las nuevas tecnologías, lo que presenta una amenaza considerable para la seguridad internacional.
La legislación colombiana contempla sanciones que pueden alcanzar hasta 14 años de prisión por el uso y fabricación de estos vehículos de narcotráfico, lo cual subraya el desafío que enfrenta el país al intentar reglamentar un fenómeno tan complejo. El almirante Rozo advirtió que el narcotráfico está migrando hacia sistemas cada vez más sofisticados, lo que requiere una cooperación internacional reforzada para poder implementar estrategias eficaces de detección y combate. La aparición de sinergias entre distintos grupos criminales y el avance tecnológico en la construcción de estos semisumergibles es una clara señal de que el crimen organizado está adaptándose rápidamente, lo que demanda una respuesta igualmente ágil y estratégica por parte de las autoridades.