Luego de que en estas semanas se conocieran varios casos de violencia extrema en contra de niños chilenos, como Tomás, Tamara e Itan, la discusión acerca de la reposición de la pena de muerte volvió a ponerse en la palestra. No obstante, desde el Gobierno fueron bastante a claros al mencionar que no es el camino seguir.
El vocero de Gobierno, Jaime Bellolio, lo dejó claro. La idea de reponer la pena de muerte en nuestro país es algo que está muy lejos de suceder, ya que, desde el punto de vista gubernamental, es algo que quebranta los tratados internacionales, tales como el reconocido pacto de San José, en relación a los derechos humanos.
Según lo detallado por el ministro, los tratados internacionales a los cuales Chile está suscrito, una vez que la pena de muerte ya ha sido abolida, nunca más podrá volver a restituirse, por eso es incompatible lo que algunos están solicitando. La única solución sería salir del pacto de San José, aclaró, pero eso es algo en lo que el Gobierno no está de acuerdo, ya que va en contra de la protección a la dignidad humana y los Derechos Humanos.
La petición del padre de Tamara
Esta discusión, volvió a ser instalada en la agenda pública luego de que el padre de Tamara, niña de 6 años que fue asesinada en una encerrona en la comuna de Huechuraba, pidiera expresamente al presidente Sebastián Piñera que volviera a restituir esta pena para quienes cometan este tipo de delitos en contra de menores.
Raúl Moya, padre de esta pequeña niña, afirmó que lo que está pidiendo es algo que quiere el pueblo y que debe ser discutido en el Congreso. En este sentido, el hombre insistió que las últimas encuestas han establecido esta situación, en donde un 67% de los chilenos está de acuerdo con la restauración de la pena de muerte.
“No es el camino a seguir”
A pesar de lo solicitado por el padre de Tamara, Jaime Bellolio expresó que es imposible que el pueda sentir la pena que siente un padre cuando pierde un hijo, pero que la restitución de la pena de muerte no es el camino a seguir. “Es imposible saber exactamente lo que siente un papá o una mamá frente al asesinato de su hijo, es un dolor inmenso. Sin embargo, el camino que hay que seguir no creemos que sea la pena de muerte “, afirmó.
Por otra parte, fue enfático en señalar en que el presidente Sebastián Piñera ya esta trabajando en un proyecto de ley que promete endurecer las penas para aquellas personas que cometan delitos contra menores de edad. En esta línea, agrego que el proyecto fue anunciado algunos días atrás y que dentro de poco va a ser ingresado para que se discuta en el Congreso. El que algunos han denominado “Ley Tamara”, será una ley que aumente las penas para quienes atenten con la vida de niños, niñas y adolescentes.
El debate histórico acerca de la pena de muerte

La pena de muerte en Chile no existe hace ya 20 años. En 2001, el presidente de ese entonces, Ricardo Lagos, reemplazó la pena de muerte por la pena capital de presidio perpetuo. Con esta acción, nuestro país pasó al grupo de naciones que ya han abolido esta pena, es decir, los dos tercios del mundo. Con la firma del pacto de San José, una vez abolida la pena de muerte, en teoría Chile nunca más podría restituirla.
Sin embargo, con el pasar de los años, una serie de casos macabros no solo en contra de niños, han ocurrido en nuestro país. Prueba de ello, son los numerosos femicidios que han sido perpetuados en los últimos años y por los que miles de mujeres han decidido salir a marchar a las calles.
No obstante, según lo que ha establecido Amnistía Internacional, la aplicación de medidas como la pena de muerte no ha demostrado de forma empírica que disminuya la tasa de delitos graves en países en donde si existe esta condena, en donde por lo general, la forma más usual de implementarla es a través de la inyección letal, una forma “más digna” de morir que por otros medios como la silla eléctrica o el fusilamiento.