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Pérdida de armas Ejército Chile: alarma en seguridad pública

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En un alarmante acontecimiento que expone la vulnerabilidad de una de las instituciones más críticas del Estado, el Ejército de Chile ha admitido la pérdida, robo o extravío de al menos 29 armas de fuego y decenas de miles de municiones en los últimos quince años. Esta información, obtenida a través de un proceso de transparencia por el medio digital Resumen, pone de manifiesto un innegable descontrol en la gestión y custodia de su armamento, cuyo paradero actual es incierto y que, en manos equivocadas, podría representar una grave amenaza para la seguridad pública en el país.

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En el contexto de estas revelaciones, el periodista J. Arroyo Olea recordó que las Fuerzas Armadas de Chile han estado en el centro de una polémica creciente, derivada de las presuntas conexiones entre algunos de sus funcionarios y el crimen organizado. Variedades delictivas han sido vinculadas a un acceso ilícito a armamento del Ejército, lo que ha causado alerta tanto en la ciudadanía como en los organismos estatales. La gravedad de la situación se agrava aún más al considerar los asaltos a regimientos, donde se ha perdido armamento de guerra, sin que se hayan aclarado los procesos judiciales que investiguen estos hechos.

Como resultado de la creciente preocupación pública y desde las instituciones, se formalizó una solicitud de acceso a la información al Comando de Institutos y Doctrina del Ejército, en busca de un listado detallado de las armas y municiones que han sido reportadas como extraviadas o robadas entre los años 2010 y 2025. Sin embargo, la respuesta del Ejército fue limitada y se centró en la seguridad del Estado, argumentando que la divulgación completa de los datos podría comprometer la integridad nacional. Este secretismo impide una comprensión clara del arsenal faltante y señala una opacidad inquietante en la administración de su armamento.

De acuerdo a los datos oficiales aportados por el Ejército, se han contabilizado en total 29 armas perdidas, extraviadas y robadas en un lapso de quince años. Este arsenal incluye 15 fusiles, 2 carabinas, 1 escopeta, 5 subametralladoras y 5 pistolas, lo que ya representa una cifra alarmante por sí misma. Pero la situación se intensifica al observar que las cifras también evidencian una alarmante desaprobación en la gestión del material de guerra con el extravío y robo de miles de municiones a lo largo de este tiempo. Los registros muestran peculiaridades preocupantes, como la pérdida de 3.874 municiones en el año 2021 y otras 6.000 en 2018.

Los recientes informes correspondientes al año 2025 indican que la crisis de control de armamento persiste, con reportes de extravíos y robos de municiones que continúan afectando al Ejército. En particular, se ha reportado la desaparición de 10 municiones y el robo de 2 fusiles y 23 municiones. Estas cifras han despertado inquietud en la ciudadanía, que se pregunta sobre el destino de este poder de fuego y en qué manos podrían estar las armas que se han perdido del control estatal. La respuesta del Ejército a estos incidentes parece insuficiente para calmar los temores de la población ante una situación que podría volverse crítica si no se toman medidas concretas y efectivas para reforzar la custodia y seguridad del armamento.

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