Funcionarios estadounidenses han descubierto que en los inversores de energía solar fabricados en China se encuentran «equipos de comunicación inexplicable» que pueden representar un grave riesgo para la infraestructura energética del país. Con el creciente interés por las energías renovables, un número cada vez mayor de sociedades reclama el uso de placas solares y turbinas eólicas, sin embargo, pocos reconocen que estos dispositivos son vulnerables a ataques cibernéticos, sobre todo durante apagones, una circunstancia clave que podría comprometer su eficacia general. La situación ha llevado al Departamento de Energía de EE.UU. a reevaluar la seguridad de estos componentes criticados, que desempeñan un rol fundamental en la interconexión de las fuentes de energía renovable con la red eléctrica nacional.
En el mundo de la energía renovable, los inversores son esenciales, ya que permiten la integración de paneles solares y aerogeneradores en la red eléctrica. Sin embargo, los expertos han encontrado que algunos de estos dispositivos, provenientes de fabricantes chinos, vienen equipados con interruptores de seguridad secretos que no están documentados oficialmente. Esta revelación ha hecho sonar las alarmas entre los reguladores estadounidenses, quienes advierten que estas características ocultas podrían ofrecer vías de acceso no autorizadas que contornean los firewalls implementados por las empresas de servicios públicos para proteger sus sistemas de comunicación.
Según los informes, estas observaciones han sido respaldadas por exfuncionarios de alto rango como Mike Rogers, quien, al frente de la Agencia de Seguridad Nacional, declaró que es evidente que el gobierno chino considera estratégicamente vital amenazar los sistemas fundamentales de la red eléctrica estadounidense. Adicionalmente, expertos en ciberseguridad han enfatizado la preocupación por los posibles efectos devastadores que podría tener la utilización de estos dispositivos en caso de un hackeo o un ataque coordinado, lo que podría resultar en apagones masivos y graves interrupciones en el suministro eléctrico.
La amenaza que representan estos dispositivos fabricados en China es cada vez más evidente, y diputados como August Pfluger han clamado por una urgente revisión de las políticas de importación y regulación de equipos relacionados con la energía. Las advertencias de los funcionarios sobre las capacidades destructivas que estos mecanismos podrían tener en la red crítica han llevado a un debate más amplio sobre la dependencia estadounidense de la tecnología china, así como la necesidad de fortalecer la seguridad cibernética en el sector energético.
Por su parte, un portavoz de la embajada china en Washington DC ha rechazado las afirmaciones de riesgo, argumentando que se trata de una generalización perjudicial del concepto de seguridad nacional. Enfatizó que China ha realizado avances significativos en la infraestructura energética y se comprometió a colaborar en el desarrollo sostenible a nivel global. Sin embargo, la creciente desconfianza entre ambas naciones resalta una preocupante realidad sobre el futuro de la cooperación tecnológica en el ámbito de las energías renovables, donde la seguridad nacional y la integridad de las redes eléctricas se han convertido en una constante preocupación.








