El Puerto Exterior de San Antonio, considerado el proyecto de infraestructura portuaria más ambicioso en la historia de Chile, ha encendido un intenso debate sobre sus impactos en la región del Litoral Central. Este proyecto tiene como objetivo triplicar la capacidad del puerto para recibir naves de gran envergadura, convirtiendo a San Antonio en un eje estratégico para el comercio exterior del país. Actualmente, se encuentra en la fase de licitación y evaluación de su impacto ambiental, mientras diversos sectores de la comunidad expresan sus preocupaciones sobre sus posibles consecuencias. Alfredo Améstica, activista político, califica el proyecto como «el más fatal y mal pensado» en términos de infraestructura, argumentando que su avance ha estado marcado por una presión desmedida utilizando recursos estatales, a expensas del bienestar de la población local.
Los defensores del Puerto Exterior destacan la creación de empleo como uno de los principales beneficios que ofrecería el proyecto. El alcalde de San Antonio, Omar Vera, menciona que podrían generarse hasta 20 mil puestos de trabajo. Sin embargo, esta cifra ha sido desmentida por la Empresa Portuaria San Antonio (EPSA), que proyecta solamente 2,020 empleos. Améstica critica esta diferencia, sugiriendo que se trata de un intento de manipulación de la opinión pública, conocido como «lobby encubierto». Además, sostiene que de los puestos proyectados, una abrumadora mayoría requerirá mano de obra especializada, la cual posiblemente será importada, dejando a la población local en una situación de desventaja. La automatización del puerto también amenaza con reducir aún más los empleos en el futuro, creando un posible aumento del desempleo y precarización laboral en la región.
En medio de este panorama, figuras del sector marítimo, como Óscar Hasbún y Felipe Arriagada, han manifestado su desacuerdo con la necesidad de un nuevo megapuerto. Argumentan que la solución más eficiente sería optimizar la infraestructura existente, que actualmente presenta un alto grado de subutilización. Esta postura plantea importantes preguntas sobre la viabilidad del Puerto Exterior, especialmente si se considera que la expansión portuaria busca, en última instancia, sacrificar otro tipo de desarrollo, como el turismo. Para los críticos, el enfoque casi exclusivo en la creación de un puerto amenaza la vocación turística de San Antonio, que cuenta con recursos naturales y culturales significativos que podrían beneficiar a la comunidad de maneras más sostenibles.
Uno de los mayores temores en la comunidad es la preservación de sus espacios naturales y su calidad de vida. San Antonio, a pesar de mejoras en su calidad de vida según algunos índices recientes, sigue siendo considerada una de las comunas con mayores desafíos sociales y de infraestructura. Améstica alerta que la construcción del Puerto Exterior podría exacerbar problemas de salud y bienestar, incluyendo un aumento en las tasas de enfermedades por la contaminación ambiental generada por el tráfico de camiones y la actividad industrial. Esta situación plantea un dilema sobre el futuro de la ciudad: sacrificar su calidad de vida y la salud de sus habitantes por el atractivo de un desarrollo que, según sus críticos, es insostenible y perjudicial.
El contraste entre desarrollo económico y preservación de la identidad y bienestar local se convierte en el eje del debate sobre el Puerto Exterior. El impacto potencial en la biodiversidad y la cultura local es un aspecto que, según Améstica, no debe subestimarse. La amenaza a la playa de Llolleo, un espacio valioso para la comunidad, es vista como un símbolo de lo que podría perderse en esta búsqueda de industrialización. Para muchos, el proyecto no solo representa una pérdida de recursos naturales y culturales, sino que también limita las oportunidades de diversificación económica que permitirían a San Antonio no solo depender de un modelo de desarrollo portuario, sino integrar turismo, servicios y conservación del medio ambiente. La lucha por un futuro equilibrado se mantiene en el centro del debate sobre el futuro de San Antonio.