El oficialismo defiende el proceso como una medida de seguridad, mientras que la oposición alerta sobre un posible aumento en la migración irregular.
La reciente discusión sobre la regularización de migrantes en Chile ha generado posturas enfrentadas entre el oficialismo y la oposición. Mientras el gobierno defiende el proceso como una herramienta clave para la seguridad, críticos advierten que podría incentivar el ingreso irregular al país.
Seguridad como argumento central
La diputada Daniella Cicardini (PS) enfatizó en El Primer Café de Cooperativa que la regularización de migrantes responde principalmente a razones de seguridad. Según Cicardini, quienes cometen delitos no participan en estos procesos, por lo que no habría riesgo de un «efecto llamada». Además, destacó que durante el gobierno de Sebastián Piñera se regularizó a 131.000 personas, incluyendo a aquellas con ingresos irregulares.
«Cuando el gobierno hace estos procesos, que probablemente se podrían haber comunicado mejor, en ningún caso esto va a avanzar a este efecto llamado o al tipo ‘Cucutazo’ que se hizo en el gobierno de Piñera», sostuvo la parlamentaria.
Por su parte, la exministra Alejandra Krauss (DC) subrayó la necesidad de una política migratoria razonada. Reconoció los desafíos logísticos que generó el empadronamiento masivo del lunes, pero llamó a no centrarse únicamente en los errores de ejecución. «La situación migratoria de nuestro país no es de este último mes ni de este último año», puntualizó.
Críticas desde la oposición
En contraste, líderes de oposición expresaron su preocupación sobre el impacto del proceso. El exdiputado Luis Pardo (RN) consideró que las señales emitidas por el gobierno son «desafortunadas». A su juicio, antes de avanzar en regularizaciones, debió priorizarse un control más efectivo de las fronteras y medidas de expulsión. «Se produce una señal que es muy negativa, no solo para el incremento de la inmigración ilegal, sino también para la propia ciudadanía, que ve que este problema no está siendo debidamente gestionado», afirmó.
El diputado Francisco Undurraga (Evópoli) también cuestionó la falta de una estrategia clara y criticó la inacción del gobierno en el plano internacional. «No hay una política de contención, no solamente en la frontera. Aquí también se ha visto al Presidente Boric y al canciller poco activos en esta materia», lamentó.
Una discusión abierta
El debate sobre la política migratoria chilena no solo expone la división entre oficialismo y oposición, sino que también plantea preguntas sobre el equilibrio entre seguridad, derechos humanos y las señales que se envían a nivel internacional. Con posiciones encontradas, el tema sigue siendo un desafío complejo para las autoridades del país.