Alejandro Hernández Toro, director comercial de Norte Verde Spa y especialista en reciclaje, detalla las claves para entender el concepto de economía circular y su relación con la revalorización de desechos.
La contaminación generada por la basura en el mundo es uno de los principales problemas ambientales que enfrentamos hoy en día.
Según el Banco Mundial, cada año se producen más de 2000 millones de toneladas de residuos sólidos, de los cuales solo el 16% se recicla adecuadamente. El resto se acumula en vertederos, incineradoras o directamente en la naturaleza, causando graves daños al suelo, al agua, al aire y a la biodiversidad.
Además, la producción y el consumo de estos materiales implican un alto consumo de recursos naturales y energía, así como una gran emisión de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático.
Ante este escenario, surge la necesidad de adoptar un nuevo modelo económico y productivo que sea más sostenible y eficiente, que preserve la naturaleza y reduzca las emisiones de carbono: “Este modelo se conoce como economía circular, y plantea un enfoque completamente distinto al actual modelo lineal basado en tomar-hacer-desechar”, señala Alejandro Hernández Toro, director comercial de Norte Verde SpA y experto en reciclaje.
En este artículo, Hernández Toro detallará qué es la economía circular, cuáles son sus principios y beneficios, y cómo se relaciona con el reciclaje como una de sus estrategias clave.
¿Qué es la economía circular?
Según indica el experto, la economía circular es un modelo económico y productivo que busca minimizar la generación de residuos y maximizar el aprovechamiento de los materiales y los productos existentes. Se basa en tres principios fundamentales:
- Eliminar los residuos y la contaminación desde el diseño: esto implica diseñar los productos y los procesos de forma que no generen residuos ni emisiones nocivas para el medio ambiente o la salud humana. Por ejemplo, utilizando materiales biodegradables o reciclables, evitando el uso de sustancias tóxicas o peligrosas, o incorporando sistemas de retorno o reutilización.
- Mantener los productos y los materiales en uso: esto implica alargar la vida útil de los productos y los materiales mediante su reparación, reutilización, remanufactura o reciclaje. Por ejemplo, ofreciendo servicios de mantenimiento o garantía, fomentando el alquiler o el intercambio, creando mercados de segunda mano o incentivando el reciclaje.
- Regenerar los sistemas naturales: esto implica devolver a la naturaleza los nutrientes y los recursos que se extraen de ella mediante prácticas sostenibles y regenerativas. Por ejemplo, utilizando energías renovables, protegiendo la biodiversidad, restaurando los ecosistemas o aplicando la agricultura ecológica.
“La economía circular se inspira en el funcionamiento de los ciclos naturales, donde no existe el concepto de basura sino que todo se transforma y se reintegra en el sistema. De esta forma, se crea un ciclo virtuoso donde los residuos se convierten en recursos para otros procesos o para la propia naturaleza”, señala Alejandro Hernández.
¿Cómo se relaciona la economía circular con el reciclaje?
El reciclaje es uno de los pilares fundamentales de la economía circular, ya que permite recuperar los materiales que componen los productos una vez que han terminado su vida útil y convertirlos en nuevos productos o materias primas para su posterior utilización.
De esta forma, se evita el desuso de materiales potencialmente útiles, se reduce el consumo de nuevos recursos naturales y energéticos y se previene la contaminación del medio ambiente.
El reciclaje puede aplicarse a muchos tipos de materiales, como el papel, el cartón, el vidrio, los metales, algunos plásticos, las telas o los componentes electrónicos.
Sin embargo, no todos los materiales son igualmente reciclables ni tienen el mismo valor en el mercado. Por eso, es importante clasificar correctamente los residuos según su tipo y depositarlos en los contenedores adecuados para facilitar su recogida y tratamiento.
“En el caso de los metales, por ejemplo, empresas chilenas como Norte Verde realizan una valiosa labor al retirar los residuos metálicos desde centros de acopio, para luego separarlos, clasificarlos y compararlos en grandes bloques que posteriormente serán exportados al extranjero, lugar en donde se les dará una nueva vida”, comenta Hernández Toro.
Además, el reciclaje no es la única opción para aplicar la economía circular. Antes de reciclar, es posible reducir el consumo de productos innecesarios o de un solo uso, reutilizar los productos que aún sirven para otros fines o donarlos a otras personas que los puedan aprovechar, o reparar los productos que se hayan estropeado o deteriorado.
Estas acciones permiten ahorrar más recursos y energía que el reciclaje, y generar menos residuos y emisiones.
8 consejos para que las empresas reciclen de mejor forma sus desechos
Las empresas tienen un papel fundamental en la transición hacia la economía circular, ya que son las responsables de producir y comercializar la mayoría de los productos que consumimos.
Por eso, es importante que adopten medidas para reducir sus impactos ambientales y reciclar sus desechos de forma adecuada. Algunos consejos que pueden seguir son:
- Realizar una auditoría ambiental para identificar los puntos críticos de generación de residuos y establecer objetivos y planes de acción para reducirlos.
- Implementar sistemas de gestión ambiental que permitan controlar y mejorar el desempeño ambiental de la empresa, siguiendo normas internacionales como la ISO 14001.
- Aplicar ecodiseño en el desarrollo de los productos, teniendo en cuenta criterios como la elección de materiales reciclables o biodegradables, la minimización del uso de recursos y energía, la facilidad de reparación o desmontaje, o la incorporación de sistemas de retorno o reutilización.
- Fomentar la prevención y la minimización de residuos en los procesos productivos, aplicando técnicas como las 5S, el lean manufacturing o el kaizen.
- Separar correctamente los residuos según su tipo y depositarlos en los contenedores adecuados para facilitar su reciclaje.
- Contratar a empresas autorizadas y certificadas para la recogida y el tratamiento de los residuos, asegurándose de que cumplen con la normativa vigente y con los principios de la economía circular.
- Sensibilizar y capacitar al personal sobre la importancia del reciclaje y la economía circular, creando una cultura ambiental en la empresa e involucrando a todos los niveles jerárquicos.
- Comunicar y difundir las buenas prácticas ambientales que realiza la empresa, tanto interna como externamente, generando una imagen positiva y una ventaja competitiva.