Las conclusiones de los investigadores determinaron que los efectos mismos del covid-19 son más graves que el de vacunarse.
Los Institutos Nacionales de Salud estadounidense identificaron cambios en el ciclo menstrual de las mujeres luego de haber recibido inmunización contra el covid-19.
El estudio tuvo un universo de participación de 3.959 mujeres (2.403 vacunadas y 1.556 no vacunadas), inmunizadas con dosis de los laboratorios Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson&Johnson. Las participantes usaron una aplicación de seguimiento de fertilidad que consideró temperatura y días de ciclo, con referencias a tres ciclos menstruales consecutivos a la vacunación, incluyendo aquellos periodos en los que se administraban las dosis. Eso se comparó con los ciclos menstruales de personas no vacunadas. En total, se usaron como muestras 23.754 ciclos.
Tras los análisis, se determinó que una dosis de vacuna contra el covid-19 puede alargar en un día el ciclo menstrual (el tiempo entre sangrados), lo que es considerado dentro de la variabilidad normal. El tiempo mismo de sangrado, por otra parte, no tuvo variaciones, lo que hizo que las conclusiones no sean “clínicamente significativas”, según consignaron en el reporte.
Hubo también mujeres que recibieron dos dosis de vacunas dentro del mismo ciclo menstrual (358 mujeres), las que subieron en dos días promedio la duración del ciclo menstrual. No obstante, hubo un grupo que tuvo cambios de ocho días o más (considerado no normal), pero fue solo el 10% de ese grupo y este se fue atenuando en los siguientes ciclos.
Diana Bianchi, directora del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) Eunice Kennedy Shriver, señaló: “Es tranquilizador que el estudio haya encontrado solo un pequeño cambio menstrual temporal en las mujeres. Estos resultados brindan, por primera vez, la oportunidad de asesorar a las mujeres sobre qué esperar de la vacunación contra el covid-19 para que puedan planificar en consecuencia”.
El ciclo menstrual está regulado por el eje hipotalámico-pituitario-ovárico (explicaron en el informe). Las vacunas podrían estresar este mismo eje. No obstante, el mismo covid-19, en su desarrollo más grave, “podría ser catastrófico para la función del mismo eje, a veces de forma permanente”, señalaron.
Finalmente, sobre los ciclos invariables de los no vacunados, los investigadores descartaron que las variaciones en los vacunados fuera por “el estrés pandémico generalizado, porque nuestro grupo de control no vacunado no vio cambios en un periodo de tiempo similar”.