A partir del 1 de julio de 2024, los consumidores en Chile enfrentarán un aumento en las tarifas eléctricas, variando según la región. Este ajuste, que pone fin al congelamiento de precios vigente desde 2019, responde a la necesidad de equilibrar el costo real de generación y distribución de energía. En la Región Metropolitana, se anticipa un incremento del 10%, mientras que en la Región de Valparaíso será del 12%. Las regiones del sur, como Biobío y La Araucanía, verán aumentos del 15%, reflejando mayores costos de transmisión y distribución.
En el norte, la Región de Antofagasta experimentará un alza del 8%, atribuido a la menor demanda y costos de generación más bajos. Los expertos destacan que estos ajustes son necesarios para garantizar la sostenibilidad del sistema eléctrico nacional y fomentar la inversión en infraestructura energética. Sin embargo, el impacto en los hogares y empresas ha generado preocupación, especialmente en sectores vulnerables.
El ministro de Energía, Diego Pardow, afirmó que el Gobierno implementará medidas de mitigación para apoyar a las familias de menores ingresos, asegurando que el aumento será gradual y equitativo. Se esperan subsidios específicos y programas de eficiencia energética para reducir el consumo y aliviar el impacto económico.
La Comisión Nacional de Energía (CNE) ha elaborado un informe detallado que explica las razones detrás de estos ajustes y sus implicaciones. El documento enfatiza la necesidad de modernizar la red eléctrica y promover fuentes de energía renovable para asegurar un suministro sostenible y resiliente.
Para más detalles sobre los aumentos específicos por región y las medidas gubernamentales, consulta la noticia completa en El País.