La senadora Carmen Gloria Aravena ha tomado una decisión drástica al renunciar al Partido Republicano, un acto que ha concentrado la atención pública, tras su rechazo a apoyar el informe de la Comisión de Paz y Entendimiento para La Araucanía. En una reciente entrevista en el programa Copano.News en Turno, Aravena explicó que su salida del partido se basa en su «convicción ética y un sentido de responsabilidad política», enfatizando su compromiso con los habitantes de la región y la necesidad de abordar el conflicto territorial que ha marcado a La Araucanía. Este informe, según la senadora, representa una hoja de ruta esencial para reparar a las víctimas de la violencia y propone cerrar el proceso de restitución de tierras en un plazo de 15 años, con una inversión significativa de aproximadamente 4.000 millones de dólares, lo que incluye compensaciones en infraestructura y otras áreas.
Además, Aravena no dudó en criticarse a sí misma y a su sector político, señalando que la derecha ha explotado durante décadas el problema del terrorismo y la violencia en la región para obtener réditos electorales. «Ha usado el tema del terrorismo, la violencia y la pobreza de mi región durante estos últimos 30 años para sacar elecciones», manifestó, despidiendo así su afiliación política con el Partido Republicano. La senadora cuestionó la falta de una reforma profunda que permita resolver las solicitudes por otras 350.000 hectáreas, asegurando que sin cambios significativos, el sistema se volvería inviable.
A lo largo de la entrevista, Aravena también levantó la voz en contra de los discursos de odio que han surgido en la región, particularmente criticando a grupos radicalizados como el APRA. «El APRA es del terror, y miente descaradamente, generando un discurso de odio entre mapuches y no mapuches que es peligrosa», advirtió. Su advertencia se extiende a las posibles escaladas de violencia que podrían ocurrir si tales discursos continúan. Enfatizó la necesidad de la cohesión y el respeto mutuo entre los ciudadanos chilenos, independientemente de sus orígenes.
Aravena, quien ha dejado en claro que no tiene intenciones de afiliarse a otro partido político en el corto plazo, recibió invitaciones para colaborar desde otras bancadas, pero su prioridad parece estar en el bien común y la paz. Ofreciendo una postura crítica y representativa de su región, la senadora destacó que su salida del Partido Republicano fue un acto consciente con una intención de generar cambios positivos para La Araucanía. «Una cosa es el bien común y otra cosa es la paz, que es tan necesaria», concluyó.
Finalmente, la senadora oficializó su renuncia el miércoles 30 de mayo, el mismo día en que se discutía el informe en el Senado. Según sus palabras, firmó su renuncia a las 4 de la tarde, marcando un irreversible paso en su carrera política. Comenta que la postura actual del Partido Republicano de «frenar la entrega de tierras y establecer un estado de sitio» no solo ignora los compromisos legales, sino que también amenaza con desestabilizar aún más La Araucanía. Aravena consideró estas propuestas como actos hostiles que podrían equivaler a una guerra interna, advirtiendo sobre las potenciales repercusiones internacionales que esto podría acarrear para Chile.