Una ceremonia destinada a honrar a 65 profesores jubilados se transformó en un nuevo capítulo de crisis política bajo la gestión del alcalde Mario Desbordes (RN). El evento, que se llevó a cabo en el Centro Cultural CEINA, fue interrumpido abruptamente por asistentes de la educación vinculados a la Asociación de Asistentes de la Educación (AFESA). Según la denuncia de la propia Municipalidad de Santiago, los protestantes portaban pancartas, lanzaron consignas y se enfrentaron físicamente con los asistentes antes de ser desalojados. Este episodio no solo descuadró un momento de celebración, sino que mostró la creciente tensión entre el alcalde y los trabajadores de la educación, quienes demandan atención a sus legítimas peticiones.
La situación en el CEINA se tornó violenta, con informes de agresiones incluso después de que finalizara la ceremonia. El alcalde Desbordes y su equipo se vieron expuestos a ataques, y varios vehículos municipales resultaron dañados. Notoriamente, Desbordes admitió haber tenido una reunión previa de una hora con los líderes de AFESA, lo que levantó cuestionamientos sobre su capacidad de gestión y respuesta ante sus demandas. Pese a las conversaciones, el alcalde se limitó a declarar que ‘no hay recursos’ para atender las inquietudes, lo que muchos interpretaron como una falta de voluntad para buscar soluciones dialogadas.
En su defensa, Desbordes tildó de ‘activismo político’ las acciones de los manifestantes, distanciándose de cualquier responsabilidad en el manejo de la situación. A pesar de las recomendaciones del Instituto Nacional de alejarse discrecionalmente para evitar más tensiones, optó por permanecer en el evento, lo que podría haber exacerbado la violencia. Posteriormente, la municipalidad anunció que emprendería acciones legales y administrativas contra los presuntos responsables de las alteraciones, acentuando el conflicto en lugar de buscar un camino hacia la reconciliación.
Ante estas acusaciones, AFESA emitió un comunicado en el que desmintió los cargos de violencia y exigió la presentación de pruebas concretas que respaldaran las afirmaciones del municipio. La asociación, aunque reconoció que su ingreso al evento fue sin invitación formal, negó categóricamente que se hubiesen producido agresiones por parte de sus miembros. Además, enfatizó que el descontento es producto del desdén constante por parte del alcalde hacia su labor, advirtiendo que rechazarían cualquier forma de intimidación que buscara silenciar sus demandas legítimas.
La tensión entre el alcalde Mario Desbordes y AFESA se ha exacerbado a medida que los asistentes de la educación se encuentran en paro, reclamando por respuestas a sus peticiones. Con la ciudad sumida en un caos y el alcalde en aparente campaña por su partido, las protestas han crecido significativamente, llevando a voces de la oposición y de la sociedad civil a exigir soluciones inmediatas. La situación refleja una crisis no solo del liderazgo de Desbordes, sino también del estado actual de la gobernanza en la ciudad de Santiago.