Según indica Paola Basaure, los proyectos de transmisión de energía son habilitantes para cumplir las metas de carbono-neutralidad que Chile tiene. Por eso, es necesario fortalecer el sistema frente al desafío de la transición energética.
Para el país el objetivo principal de la descarbonización es lograr reducir las emisiones de carbono en línea con los objetivos sostenibles y los acuerdos alcanzados a nivel internacional y como Estado.
Dentro de aquellos compromisos, como el Acuerdo de París de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, se establece la meta de descarbonización para el año 2050.
Los proyectos de transmisión energética hoy se encuentran al servicio de la matriz permitiendo y fomentando la inyección de más energía limpia al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Por ello, empresas del sector de transmisión como Transelec, han avanzado no sólo en estándares y políticas sino también en infraestructura como subestaciones y nuevas líneas de transmisión.
Paola Andrea Basaure Barros es vicepresidenta de Asuntos Corporativos y Sostenibilidad de Transelec, la principal empresa de transmisión de energía en el país. Basaure resalta que estos proyectos avanzan más allá en la reducción de emisiones y descarbonización, sino que “también mejoran aspectos como la seguridad energética y permiten diversificar la matriz”.
El papel de la transmisión
Frente a estos desafíos, la necesidad creciente de más obras e infraestructura es latente. Para que las fuentes de energía limpia funcionen de manera eficaz, es importante disponer de una infraestructura de transmisión sólida y en línea con ese desafío.
Los proyectos de transmisión son relevantes ya que su tarea es llevar la energía desde las áreas de generación, que suelen estar en lugares remotos, hasta los centros de consumo.
Sin una infraestructura de transmisión adecuada, la incorporación de energías renovables a gran escala no sería posible. Y es que junto a otros grandes aliados como el sol, el viento y el calor, nuestro país es tierra fértil para el desarrollo de energía limpia y proyectos de ERNC como parques eólicos o solares.
La región de Antofagasta, por ejemplo, es considerada la capital energética del país. Esto, gracias a su potencial para el desarrollo de proyectos de fuente limpia, lo que equivale al 56,5% de su matriz energética y se espera que entre 2024 y 2026 se sume más potencia.
Este tipo de proyectos deben complementarse con subestaciones y líneas de transmisión que garanticen una inyección adecuada de energía al sistema. Basaure explica que «para llevar a cabo este tipo de proyectos, se analizan y aplican técnicas de construcción innovadoras que ayudan a reducir el impacto y a minimizar la intervención en los entornos naturales».
La construcción de una nueva línea de alta tensión permite conectar subestaciones para transportar electricidad a grandes distancias, que pueden abarcar trayectos que van desde los 10 hasta los 300 km.
Según Basaure Barros, “básicamente, una línea de transmisión está formada por una serie de torres que sostienen los cables conductores de alta tensión, distribuidas a lo largo del recorrido”, señala.
En promedio, la ruta crítica cuenta con una torre cada 300 metros. El éxito en la construcción de una línea de transmisión depende de una secuencia de etapas que determinan el tiempo total del proyecto.
Lo más importante, es que las obras de infraestructura estén alineadas con la debida protección del terreno, los hábitats y el diálogo permanente e informado con las localidades.
Estas fases van desde:
- Estudios y análisis del terreno y diseño de la línea.
- Consultas, permisos y licencias.
- Preparación e identificación del terreno.
- Construcción y montaje.
- Tendido de cables.
- Pruebas y puesta en marcha.
Todo este proceso involucra un trabajo coordinado que cada vez es más sofisticado. Por ejemplo, las nuevas técnicas de construcción y montaje de torres buscan, a través de nuevos formatos de fundaciones, intervenir lo menos posible los terrenos.
Las fundaciones para los soportes de las líneas pueden desarrollarse en un bloque único, en partes separadas, con pilotes o con placas en el caso de riendas de torres arriostradas. Esto con el fin de estudiar la mejor alternativa según la reacción del suelo con el hormigón y la excavación.
Según explica Paola Basaure, “estos pasos son clave para garantizar que la nueva infraestructura funcione de manera segura y eficiente, contribuyendo al transporte de la energía eléctrica a lo largo de grandes distancias”.
Paola Basaure y el papel de la sostenibilidad en el proceso
En Transelec, Paola Basaure y su equipo han fortalecido la visión de la empresa en cuanto al desarrollo de infraestructura de forma sostenible, alineándose con las políticas nacionales y los acuerdos internacionales suscritos por Chile.
Basaure destaca que estos proyectos deben centrarse no solo en la eficiencia y la capacidad de transmisión, sino también en minimizar el impacto ambiental y social. «Una planificación adecuada garantiza que los beneficios de la descarbonización no se vean empañados por impactos en el entorno natural y en las comunidades locales», señala.