La colaboración entre diversas universidades de Chile ha dado lugar a un innovador proyecto de investigación que busca desarrollar un método sustentable para el tratamiento de agua contaminada. La Red Interuniversitaria, que incluye instituciones como la Universidad Autónoma, Santo Tomás, Mayor, Adolfo Ibáñez, San Sebastián, de los Andes, Bernardo O’Higgins y del Desarrollo, se centra en la creación de diminutas partículas producidas por bacterias y estabilizadas con sustancias naturales. Este enfoque tiene como meta principal degradar contaminantes, incluyendo tintes azoicos dañinos para la salud y el medio ambiente.
Según la doctora Shrabana Sarkar, académica de la Universidad Autónoma, los tintes azoicos, que se encuentran en productos de uso cotidiano como ropa, alimentos y medicamentos, son reconocidos por sus efectos carcinogénicos. Estos compuestos químicamente sintéticos son altamente persistentes en el ambiente y perjudiciales para la salud humana, lo que exige una acción científica inmediata. El proyecto, por ende, no solo busca innovar en la purificación del agua, sino que también aborda un problema crítico de salud pública.
El equipo de investigación está liderado por la Dra. Shrabana Sarkar, la Dra. Valentina Bernal Durán de la Universidad Santo Tomás y el Dr. Sergio Benavides de la Universidad San Sebastián. Utilizando microorganismos aislados en aguas termales del Maule, estas bacterias han demostrado tener capacidades excepcionales para soportar condiciones extremas y generar compuestos bioactivos que, en este caso, podrían transformarse en nanopartículas para la degradación de contaminantes. Este enfoque busca evitar el uso de productos químicos, proponiendo una solución biológica al problema de la contaminación del agua.
En las etapas iniciales del proyecto, los investigadores se enfocarán en la síntesis de nanopartículas a partir de los polisacáridos bacterianos. Posteriormente, realizarán pruebas de eficacia en agua contaminada con tintes, midiendo la toxicidad antes y después del tratamiento para validar el potencial de su aplicación masiva. El proyecto tiene un calendario de 18 meses y está en revisión por el Comité Ético de la Universidad Autónoma, lo que marca un paso importante hacia la implementación de esta tecnología.
Más allá de su enfoque inicial en aguas industriales, la Dra. Sarkar ya está visualizando aplicaciones en el vertedero de ropa más grande del mundo, ubicado en el desierto de Atacama. Este lugar es un punto crítico de contaminación en Chile, con más de 6.000 toneladas de prendas en descomposición. La académica advierte sobre el grave problema ambiental que representa la ropa quemándose bajo el sol, contaminando tanto el suelo como el aire. Su objetivo es desarrollar un producto basado en nanopartículas que mitigue los efectos de las tinciones presentes en estos desechos, abordando así un problema que impacta todas las dimensiones del medio ambiente.