El seremi de Energía del Biobío, Jorge Cáceres, presentó su renuncia este miércoles después de generar una fuerte controversia con sus declaraciones en un evento público. Durante su intervención en el encuentro «Agenda Económica 2025», organizado por el Instituto Regional de Administración de Empresas (Irade), Cáceres intentó restar gravedad a la situación de violencia que afecta a la región al comparar a Chile con una «taza de leche», lo que provocó inmediatas reacciones negativas del público presente.
La controversia se intensificó debido a comentarios adicionales de Cáceres que incluyeron críticas a la administración anterior de Sebastián Piñera. El exseremi mencionó que, a pesar de las promesas de eliminar la delincuencia durante el anterior mandato, la situación había empeorado. Estas declaraciones no solo alarmaron a los asistentes, sino que también suscitó una ola de condenas desde diferentes sectores políticos, resaltando una desconexión grave entre las autoridades y la realidad de muchos ciudadanos en la zona.
La presión política se hizo evidente casi inmediatamente, con cuestionamientos provenientes del Congreso y críticas directas desde el propio Gobierno. El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, se refirió a los dichos de Cáceres como «indebidos», señalando que estos palabras «degradan a los ciudadanos» y sin duda no ayudan a la imagen de un Gobierno que busca lidiar con un problema de seguridad cada vez más complejo en la región.
Como resultado de la creciente presión y el impacto de sus palabras, Jorge Cáceres tomó la decisión de presentar su renuncia tras una reunión con el delegado presidencial del Biobío, Eduardo Pacheco. Aunque su salida del cargo se dio en medio de una tormenta política, aún queda por definir quién solventará la Secretaría Regional Ministerial de Energía en forma interina, abriendo la puerta a nuevos desafíos para el Gobierno en el ámbito de la administración pública.
Este incidente resalta no solo la importancia de la responsabilidad en la comunicación de los funcionarios públicos, sino también la creciente preocupación por la seguridad en el Biobío. A medida que el Gobierno busca mejorar la situación de violencia, es crucial que los representantes se mantengan en sintonía con las realidades y sentimientos de la población, evitando declaraciones que puedan disparar aún más la tensión en un contexto ya complicado.








