Un nuevo testimonio ha surgido en torno a la tragedia ocurrida el jueves pasado en el Estadio Monumental, planteando serias dudas sobre la versión oficial del incidente. Según un guardia de seguridad que estaba trabajando en la intersección de las calles Benito Rebolledo y Marathon, el llamado «zorrillo» de Carabineros no se limitó a una reja cayendo, sino que pasó por encima de las víctimas. Este testigo, cuyas declaraciones fueron recogidas por 24 Horas, describe el ambiente previo a la avalancha donde, en un horario de alta afluencia, muchos jóvenes se reunían, creando una situación potencialmente peligrosa y caótica.
El testigo también enfatizó que la información que se ha venido compartiendo está siendo malinterpretada. «Se está dejando a los dos jóvenes fallecidos como si ellos fueran parte de esta avalancha y a mi criterio no es así», señala. Estaba observando cómo la multitud comenzaba a hacer fila para ingresar al estadio cuando se originó la avalancha, que llevó a muchos a intentar entrar, aún sin poseer entradas. En su testimonio, él clarifica que justamente en ese momento, la presión del grupo generó una caída en el suelo.
El guardia de seguridad explicó que el portón en la entrada era más estrecho y que debían haber unas diez personas en el suelo debido a la avalancha de gente. «El zorrillo no venía a muchos metros de distancia de ellos, se veía que venía acorralándolos, encima de ellos. El zorrillo vio cómo los jóvenes caen», alertó. A través de su relato, deja claro que en ningún momento hubo una reja cayendo, ya que las vallas estaban bien aseguradas con alambres y la tragedia fue provocada por la intervención del carro policial.
Posteriormente, el testigo reiteró que la narrativa de los jóvenes quedando atrapados por las vallas es incorrecta. «No fue así, los jóvenes cayeron en la calle, no había nada sobre ellos», dijo, cuestionando la intensidad del uso de la fuerza por parte de Carabineros. Él, que se encontraba muy cerca, aseguró que observó cómo los jóvenes caían al suelo y se movió hacia atrás instintivamente. En ese instante, el zorrillo pasó cerca de él y, a pesar de sus gestos para indicar que se detuviera, el vehículo avanzó y pasó por encima de los dos jóvenes.
El testigo concluyó su relato afirmando que el zorrillo incluso derribó una reja en su paso y que, al menos, vea a otros involucrados que lograron levantarse después de ser impactados. «El zorrillo arrasa con toda esta gente, se balancea como si estuviera pasando encima de sacos y aun así no tiene la decencia de frenar, sino que siguió acorralando gente», resaltó con notable indignación. La revelación de este testimonio agrega una nueva capa de complejidad al ya controvertido evento, demandando una investigación más exhaustiva sobre las acciones de las autoridades presentes.
